El Tatuaje actualmente es la creación de dibujos indelebles en la piel mediante una máquina de electro inyección de tinta, que a través de agujas hace pequeños orificios en la epidermis, introduciendo la tinta bajo la misma y dejando la superficie intacta. A lo largo de la historia, esta técnica que hoy es para muchos puramente decorativa ha sido sinónimo de rango o clase social. Su antigüedad se remonta prácticamente al origen de la historia, ya que en culturas de hace más de 5.000 años ya se practicaba.
La palabra tatuaje proviene de la palabra inglesa «tattoo», que a su vez proviene del término samoano «tátau», que significa marcar o golpear dos veces (refiriéndose este último al método tradicional de aplicar los diseños o plantillas). Los marineros que viajaban por el Pacífico encontraron a los samoanos, y quienes quedaron fascinados por sus tatuajes, equivocadamente tradujeron la palabra «tatau» como tatuaje. En japonés la palabra usada para los diseños tradicionales o aquellos diseños que son aplicados usando métodos tradicionales es «irezumi» (inserción de tinta), mientras que «tattoo» se usa para diseños de origen no japonés.
En 1991 se encontró una momia neolítica dentro de un glaciar de los Alpes austro-italianos, con 57 tatuajes en la espalda. Esta momia es conocida como el Hombre del Hielo o como otzi , es el cadáver humano con piel más antiguo que se ha encontrado, y su antigüedad varía según distintos autores: Cate Lineberry, del Smithsonian, calcula para él unos 5,200 años de antigüedad. A partir de este descubrimiento se puede decir que el tatuaje es tan antiguo como el propio ser humano. Sin embargo, las distintas culturas que utilizaron el tatuaje lo hicieron de distintas maneras; tanto como arte, en el sentido de creación de significados rituales o simbólicos, como ocurría en el Antiguo Egipto, como para marcar o señalar a los criminales, que es el caso de las antiguas Grecia y Roma. Incluso se cree que, por su posición en el Hombre de hielo, las marcas cumplieron un fin terapéutico.